Estas certificaciones eran un símbolo tangible del éxito comercial de un álbum o sencillo, basándose en la cantidad de copias vendidas ¿Qué pasó con ellas?
Estas certificaciones eran un símbolo tangible del éxito comercial de un álbum o sencillo, basándose en la cantidad de copias vendidas ¿Qué pasó con ellas?
Durante décadas, obtener un disco de oro o platino era una de las máximas distinciones que un artista podía alcanzar. Estas certificaciones eran un símbolo tangible del éxito comercial de un álbum o sencillo, basándose en la cantidad de copias vendidas. Pero con la evolución del consumo musical y el auge del streaming, la forma en que se mide el éxito ha cambiado radicalmente. Entonces, ¿qué ha pasado con estas icónicas certificaciones?
Las certificaciones de ventas fueron creadas por la Recording Industry Association of America (RIAA) en 1958. Un disco de oro se otorgaba cuando un álbum o sencillo alcanzaba las 500,000 copias vendidas, mientras que un disco de platino correspondía a un millón de unidades vendidas. Con el tiempo, otros países adoptaron sistemas similares, aunque con criterios distintos.
En los años dorados de la industria musical, cuando la venta de discos físicos dominaba el mercado, estas certificaciones eran el principal indicador del impacto de un artista. Sin embargo, la llegada del siglo XXI trajo consigo la digitalización de la música y, con ello, un cambio en la manera en que se mide el éxito.
Con la popularización de las descargas digitales y posteriormente del streaming, la industria musical tuvo que adaptarse. En 2013, la RIAA comenzó a incluir las reproducciones en streaming dentro de sus métricas. Inicialmente, se estableció que 100 reproducciones equivaldrían a una venta, pero con el tiempo estos criterios han evolucionado. Actualmente, se utilizan diferentes ratios según el tipo de reproducción: por ejemplo, las reproducciones en servicios pagos tienen más peso que las de plataformas gratuitas.
A pesar del cambio en la industria, los discos de oro y platino siguen existiendo, aunque su significado ha cambiado. Ahora, es más común ver artistas logrando certificaciones récord en tiempos récord, debido a la facilidad con la que el público puede acceder a la música. Un sencillo viral puede alcanzar millones de reproducciones en cuestión de días, lo que hace que la obtención de estas certificaciones sea más frecuente que en el pasado
Con la evolución tecnológica y los cambios en los hábitos de consumo, la industria seguirá ajustando la manera en que mide el éxito. Hoy en día, más allá de los discos de oro y platino, otros indicadores como los rankings en plataformas de streaming, el engagement en redes sociales y las giras mundiales también juegan un papel fundamental en definir cuán grande es el impacto de un artista.
En
definitiva, los discos de oro y platino han cambiado, pero no han desaparecido.
Siguen siendo un símbolo de éxito, aunque ahora reflejan el impacto digital más
que las ventas físicas. En una industria en constante evolución, lo único
seguro es que la manera de medir el éxito musical seguirá transformándose con
el tiempo.
AUTOR: Redacción Top Radio