MÚSICA INFANTIL: ANTES Y AHORA

A lo largo del tiempo, este tipo de música ha cambiado junto con la sociedad, la tecnología y la idea misma de lo que significa ser niño.

MÚSICA INFANTIL: ANTES Y AHORA

A lo largo del tiempo, este tipo de música ha cambiado junto con la sociedad, la tecnología y la idea misma de lo que significa ser niño.

La música infantil no solo ha sido una forma de entretenimiento, sino también una herramienta poderosa para enseñar, acompañar y formar a los más pequeños. A lo largo del tiempo, este tipo de música ha cambiado junto con la sociedad, la tecnología y la idea misma de lo que significa ser niño. En esta comparación entre la música infantil de antes y la de ahora, encontramos diferencias notables en el lenguaje, los ritmos, los valores que promueven y hasta en su función.


Letras que enseñaban... y ahora entretienen 

Durante décadas, las canciones infantiles en español se caracterizaron por tener letras claras, repetitivas y con intenciones pedagógicas. Enseñaban a contar, a nombrar partes del cuerpo, a identificar los días de la semana, a practicar buenos hábitos y a relacionarse con el mundo.

Ejemplos clásicos son:

Estas canciones, muchas veces transmitidas de generación en generación, tenían un valor emocional añadido: evocaban la cercanía con madres, padres, abuelos y maestras, quienes las cantaban con los niños.


En la actualidad, si bien aún hay canciones educativas, muchas letras se centran más en la diversión, el ritmo y lo visual. Algunos ejemplos populares son:

En general, la música infantil actual tiende a priorizar la repetición, el ritmo contagioso y el humor sencillo, más que un mensaje formativo claro.


Ritmos tradicionales vs. bases modernas

La música infantil tradicional se apoyaba en melodías sencillas, casi siempre acompañadas de instrumentos acústicos como guitarra, flauta dulce, tambor o palmas. Esto facilitaba que las canciones fueran reproducidas en casa o en la escuela sin necesidad de tecnología.

Canciones como:

Tienen ritmos que invitan al canto en grupo y a la interacción física (rondas, juegos de manos, movimientos suaves).


Por otro lado, las canciones infantiles de hoy incorporan sonidos más elaborados, muchas veces influenciados por géneros como el pop, la música urbana, el reguetón (en versiones suavizadas), o incluso la electrónica. Los coros están afinados digitalmente, hay efectos especiales, cambios de ritmo y muchas veces se crean pensando en que el videoclip será la vía principal de consumo.

Ejemplos modernos con estas características:

Esto responde a que los niños de hoy crecen en un entorno tecnológico: desde bebés manejan pantallas, escuchan música por streaming y están acostumbrados a estímulos visuales constantes. La música actual busca captar esa atención, a veces a costa de la simplicidad que caracterizaba a la música de antes.


¿Qué vales transmiten?

Las canciones infantiles de antes muchas veces promovían valores como el respeto, la paciencia, la cortesía, la solidaridad y el trabajo en equipo. También introducían temas de la vida diaria con cierta ingenuidad, reforzando normas sociales de manera sutil.

Por ejemplo:


Actualmente, los valores están más ligados al movimiento, la autoexpresión y el juego. Lo cual no es necesariamente malo, pero sí marca una diferencia en profundidad. Muchas canciones buscan simplemente hacer reír, entretener o mantener al niño activo físicamente, como:

También hay grupos que intentan combinar lo mejor de ambos mundos, como Canticuénticos o PakaPaka, con canciones como ‘El mamboretá’, ‘Bate con la cuchara’ o ‘Hay secretos’, que hablan sobre emociones, cuidado del cuerpo, diversidad y empatía sin renunciar al ritmo moderno.


¿Mejor o peor?

No se trata de juzgar si la música infantil de antes era mejor que la de ahora, sino de entender que cada época responde a contextos distintos. La música de antes fomentaba una escucha más pausada, una imaginación más libre y una interacción más directa con los adultos. La de ahora responde a una infancia más expuesta a pantallas, a la inmediatez y a la sobreestimulación.

Tal vez el verdadero reto esté en lograr un equilibrio: que los niños puedan disfrutar del ritmo y la energía de las canciones modernas, pero también conectar con letras que los hagan pensar, sentir y descubrir el mundo con curiosidad.

 


AUTOR: Redacción Top Radio