LAS CANCIONES QUE PONEMOS COMO ALARMAS

Todos hemos caído en la trampa: elegir una canción que nos gusta para que nos despierte cada mañana. En teoría, suena como una gran idea... Hasta que demuestra ser lo peor.

LAS CANCIONES QUE PONEMOS COMO ALARMAS

Todos hemos caído en la trampa: elegir una canción que nos gusta para que nos despierte cada mañana. En teoría, suena como una gran idea... Hasta que demuestra ser lo peor.

Todos hemos caído en la trampa: elegir una canción que nos gusta para que nos despierte cada mañana. En teoría, suena como una gran idea. Empezar el día con nuestra música favorita debería llenarnos de energía y buen ánimo, ¿verdad? Pero con el tiempo, la realidad golpea: esa canción que tanto amábamos se convierte en un sonido insoportable. ¿Por qué nos hacemos esto? ¿Hay alguna forma de evitar que nuestra canción favorita termine desterrada de nuestras playlists


La ilusión de una buena idea

Cuando elegimos una canción como alarma, lo hacemos con las mejores intenciones. Pensamos que será un despertar más suave, menos agresivo que el clásico "bip, bip, bip" de los relojes digitales. Creemos que, al asociar nuestra música favorita con el inicio del día, empezaremos la mañana con mejor humor. Y durante los primeros días, esto puede ser cierto. Nos despertamos con un pequeño baile en la cama, tarareamos la melodía mientras nos estiramos... hasta que, inevitablemente, todo cambia.


De himno matutino a tortura auditiva

El problema es la repetición. Nuestro cerebro está diseñado para reaccionar a estímulos nuevos, pero cuando un sonido se repite una y otra vez en el mismo contexto, empieza a perder su impacto positivo. En lugar de emocionarnos, la canción se vuelve predecible y, peor aún, se asocia con la obligación de despertar. La exposición constante y forzada transforma lo que alguna vez fue una melodía agradable en un recordatorio del cansancio y la rutina. Y es que no es solo la canción en sí, sino también la sensación que nos produce: somnolencia, frustración y, en muchos casos, el deseo de quedarse en la cama cinco minutos más.


¿Cuándo podremos volver a escucharla sin odio?

La buena noticia es que el destierro no es para siempre. Las canciones tienen la capacidad de transportarnos a distintos momentos de nuestra vida, y con el tiempo, los recuerdos negativos pueden diluirse. Si evitamos escuchar la canción durante meses (o incluso años), eventualmente podremos apreciarla de nuevo sin la sensación de pánico matutino. A veces, el truco está en reintroducirla en otro contexto: en una playlist para hacer ejercicio, en un viaje largo, o incluso en una versión distinta, como un cover o remix.


Canciones que muchas han arruinado con su alarma

Algunas canciones se han vuelto víctimas comunes de esta maldición. Entre ellas, destacan:


Lecciones aprendidas

Después de haber arruinado varias canciones en nuestra vida, la pregunta es: ¿hay una mejor forma de elegir una alarma? Algunos recomiendan optar por sonidos neutros o melodías instrumentales que no tengan carga emocional. Otros prefieren rotar la alarma con frecuencia para evitar la saturación. Y por supuesto, siempre está la opción de volver a la despiadada alarma predeterminada… porque al menos con ella no corremos el riesgo de perder una canción favorita en el proceso ¿Y tú? ¿Qué canción arruinaste por ponerla como alarma?


AUTOR: Redacción Top Radio